Algunos
podrían decir que se trata de la misma realidad. Que en su primer
aspecto es lo que hemos acordado enfocar o conocer de una situación y en
el segundo aspecto son las partes desconocidas, ignoradas, o la
manifestación “potencial” de la existencia.
La ayahuasca y nosotros también tenemos estas dos partes. En la ceremonia la parte visible de la ayahuasca es el líquido oscuro
y la parte invisible son Su Espíritu y todas las maravillas que puede
mostrarnos. Nosotros llegamos con un cuerpo que es visible y con
pensamientos, sentimientos y voliciones que son
invisibles. Con características conocidas y desconocidas. Deseamos
recibir de la ayahuasca sus bondades para el cuerpo y el alma, y
confiamos en que nos las otorgará. Queremos conocernos mejor y sentirnos
mejor.
El
rezo es un intento directo y activo de comunicarnos con lo Alto y de
recibir Su respuesta. Es hablar y escuchar una realidad superior, una
vida más profunda y más sabia, un ser o unos seres que tengan una mayor
sabiduría y poder, o una presencia y un conocimiento superiores que nos
ayuden en la vida. También puede ser un intento de comunicación con “El
Ser Uno”, por llamarlo de ésta manera, que abraza y trasciende a todos
los seres y su sabiduría, desbordando sobre ellos bendiciones abundantes
e infinitas. O por contactar con nuestro “verdadero ser”, algo que
“somos”, y que intuimos más profundo que nuestra mente parlanchina; algo
unido a Dios y a la vida, que integra nuestros aspectos corporales,
mentales, sentimentales, de relación y espirituales, que nos permitirá
vivir en plenitud.
Algunas
tradiciones espirituales antiguas nos dicen que el mundo visible está
sustentado previamente en un mundo invisible. Algunas corrientes
espirituales y hasta postulados psicológicos modernos preconizan también
el mismo concepto. Todo está creado dos veces: pasa del mundo potencial
al mundo concreto. Del interior al exterior. De la mente a la acción.
La
importancia de una intención pura y fuerte es definitiva para nuestra
vida en todos sus aspectos, y una ceremonia con ayahuasca no puede ser
la excepción. Nuestro rezo durante la misma es muy importante. Traerá
seguridad, apertura y orientación durante la ceremonia. Seguridad de que
estamos haciendo las cosas bien (he cumplido mi parte, seguro que Dios y
la Ayahuasca sabrán cumplir con la suya) y preparado el terreno para
recibir lo mejor. Apertura porque no temeremos la respuesta que nos den o
la forma en la que llegue la enseñanza. Dirección a nuestra ceremonia,
porque sabremos qué hemos llegado a buscar y podremos fortalecer nuestra
intención durante la misma; porque sabremos también que en un momento
difícil serán la limpieza de la intención y la sabiduría del corazón las
que darán la brújula y el poder del viento en nuestras velas para salir
de la tormenta y llegar a buen puerto.
Y el
rezo para comunicarnos con lo Alto es importante. Para toda persona que
ha tomado ayahuasca resulta claro y natural poder admitir que la vida
tiene un aspecto sagrado. Así que intentamos vivir honrando lo sagrado
de la vida en nosotros mismos, en nuestros semejantes y el mundo que nos
rodea. Durante la ceremonia ésta actitud de respeto, de orden, de
adoración y alabanza, de apertura, de interés y compromiso son las
mejores formas de rezar. Son la honestidad y el sentimiento los que son
escuchados, no las fórmulas. Es el sentimiento el que produce la
respuesta. Conviene rezar por lo que queremos y no por lo que no
queremos. Ya lo decía Jesús “cuando hagan una oración, actúen como si ya
hubieran recibido aquello por lo que oraban”. Es decir, oremos con fe y
en términos positivos para que lleguen y se multipliquen las
bendiciones en nuestra vida.
Algunas
bendiciones llegarán de forma grata. Otras bendiciones llegarán en la
forma de una purga física o psíquica un tanto desagradables, pero los
resultados serán siempre sanos y bondadosos.
Así
que el rezo está formado por la intención. Y la intención es una energía
poderosa, que no sólo está formada por la actitud durante la ceremonia,
sino que se fortalece y amplia con otros aspectos: la preparación
previa a la ceremonia y la energía y el honor con el que vivimos nuestra
vida cotidiana. Estos aspectos dan poder y sentido a nuestra intención
durante la ceremonia.
Pensemos
en que la Ayahuasca es como un consejero o un médico con el que
asistimos. Observar una actitud adecuada durante la ceremonia sería como
escucharlo y sonreírle durante la consulta. Hacer bien la preparación,
implicaría llegar en las condiciones óptimas para el diagnóstico y la
asignación del tratamiento. Por fin, la higiene con la que vivimos
nuestra vida cotidiana y el seguimiento del régimen prescrito serían los
que sin duda darían sentido y productividad a la disposición con la que
llegamos a la consulta y las sonrisas que le dirigimos al médico.
La
calidad de la ceremonia se verá influenciada poderosamente por nuestro
rezo durante la comunión con la Abuelita. Y nuestro rezo está formado
por la energía de nuestro respeto en ése momento, la energía de la
preparación previa y la energía de nuestra vida cotidiana. Por las tres.
Es decir, nuestro rezo en última instancia, nuestra forma de
comunicarnos con el Gran Espíritu implica la totalidad de nuestra
energía y nuestro tiempo. Nada menos. De ahí que algunas personas
obtengan muchos más beneficios de una sola ceremonia de los que obtienen
otros de varios años tomando ayahuasca.
Te
invitamos a aprovechar y a honrar tus partes visibles e invisibles. Lo
conocido y lo que conocerás. Lo manifestado y lo que manifestarás.
Nuestra vida será más grande y más feliz.
El
Gran Espíritu y la Ayahuasca pueden ayudarnos con sus bendiciones. Y
nuestro rezo, nuestra preparación y nuestras acciones cotidianas pueden
honrar al Gran Espíritu y agradecer a la Ayahuasca por sus favores.
Que podamos ser sabios y felices.
Enaltecer a los que se han ido.
Y beneficiar a los que vendrán.
Guillermo Ruiz Colmenero
gracias, gracias, gracias!
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