sábado, 13 de septiembre de 2014

La Curación

Algunas de las personas que asisten a ceremonias con ayahuasca buscan una forma de curación. Curación de su estado físico, de sus emociones o de sus relaciones. Algunos acuden con otro objetivo y al finalizar la ceremonia también hablan de que la ayahuasca los ayudó en algunos aspectos de curación física o interna. ¿De qué hablan las personas que desean la curación y a qué se refieren quienes afirman haberla encontrado?
Si lo he apreciado bien, lo que las personas quieren es bienestar en su cuerpo, sus emociones, su trabajo y sus relaciones con otras personas.
Quieren solucionar algunas situaciones en las que funcionan con falta de armonía y experimentan malestar. Así que al vivir una experiencia que los ayuda a aliviar un malestar, a sentir mayor armonía o cuando aprenden algo que los liberará de problemas y dificultades en su vida diaria, hablan de que la ceremonia ha sido muy sanadora. Las personas no hablan generalmente en términos médicos. Lo que hacen es hablar de su experiencia subjetiva de bienestar y de la observación de sus mejorías en un nivel práctico. En algunos casos, esto se puede notar en su aspecto físico, su nivel de energía, por mejoras en su comportamiento, cambios laborales y hasta constatar con pruebas médicas tradicionales.
 La salud es el estado en el que el organismo cumple cabalmente todas sus funciones con armonía y una experiencia de bienestar. El bienestar se interpreta como un estado en el que percibimos satisfacción y felicidad; una satisfacción y felicidad que, dicho sea de paso, se piensa que será perdurable, si no viola las leyes naturales ni perturba los derechos de los demás.
Los aspectos de curación pueden ser en los ámbitos físico, emocional, laboral, interpersonal, etc., e implican:
 1.- El descubrimiento de nuestro verdadero ser interior y de las leyes naturales que nos hablan a través de nuestro cuerpo y nuestro ambiente, y la realineación con ellos, que producen nuestro bienestar.
2.- La liberación, abreacción, o evacuación de las toxinas físicas y/o emocionales que nos estaban causando malestar y sufrimiento en la vida.
Cuando estas dos cosas se llevan a cabo, la persona experimenta una mejora sustancial en su nivel de bienestar y de entusiasmo, así como en los resultados positivos que logra en los diferentes ámbitos que conforman su existencia.

 En cuanto a lo que hemos podido observar que se vive directamente en una ceremonia con ayahuasca, los procesos que se atraviesan son los siguientes:

 1.- Procesos de desintoxicación en los que la persona saca la toxina o la energía contaminada o estancada de su sistema. Es común durante la ceremonia, que después de contactar con sus verdaderas emociones, al ir más allá de los razonamientos con los que la persona busca bloquear o negar lo que siente, procede a vomitar, defecar o llorar lo que lo estaba perjudicando, sintiendo un alivio tremendo. Lo que en apariencia es una manifestación tan sencilla, puede producir efectos tan importantes como la eliminación de síntomas molestos relacionados con enfermedades, favorecer que un cuerpo pierda peso y recupere la forma, que se atenúen o eliminen las arrugas del rostro, etc. En los aspectos internos, que son los más importantes, la persona puede verse fortalecida para tomar decisiones benéficas que temía tomar, abrirse a nuevas relaciones, cambiar de trabajo o recibir con calmada apertura las bendiciones de la vida, al tiempo que se disfruta también del cuerpo con el que se habita en éste mundo, cuya instintividad ha sido reprimida muchas veces y de cuya fortaleza se ha abusado de forma antinatural. En primera instancia, puede parecer exagerado que se atribuyan cambios tan importantes a un acto en apariencia tan prosaico como vomitar, pero la forma en la que funciona es parecida a la de la famosa piedrita en el zapato, que ocasiona malestares muy grandes y que, al ser sacada del calzado, provoca un alivio providencial.
Para que se entienda la profundidad que éste proceso puede tener, podemos citar el de una mujer que tenía asma. Cuando pudo contactar profundamente con su experiencia, los efectos de la ayahuasca la hicieron percibir que tenía un demonio de aproximadamente 15 centímetros obstruyendo su garganta y su nariz. Esto te puede interesar, o no, pero los aspectos psicológicos fueron muy claros y reveladores: el demonio en cuestión estaba formado por el desamor que sintió toda su vida por parte de su madre. La forma en la que respiramos tiene qué ver con la forma en la que nosotros recibimos la vida, y cuando sentimos que la persona que más debería amarnos no lo hace, podemos pensar que la vida es amenazadora, y por lo tanto entorpecer la facilidad con la que dejamos entrar el aire (portador y mensajero de la vida) a nuestra existencia y nuestro cuerpo. Comprender de forma directa e intuitiva la profundidad de un síntoma aparentemente físico es ya de por sí un milagro, pero el sentirse además amado, saberse amor y poder con ésa comprensión lanzar fuera de sí al desamor para que el Amor ocupe su lugar y produzca la desaparición del asma, lo hace todavía mejor.

2.- Curación (o logro del bienestar y el equilibrio) a través del aprendizaje. Esto es útil en dos aspectos:
2.1 Acceder a aspectos de nosotros mismos o a una sabiduría que, por sí mismos, trascienden y diluyen los malestares que experimentamos en la vida. Es como si el problema fuera un puñado de sal, que al ser lanzado al océano de la vida y del amor, se disuelve sin ofuscación y sin resistencia. Esto es porque ampliamos nuestra percepción de nosotros mismos, que casi siempre se haya limitada a los aspectos egoícos de nosotros mismos, a nuestro cuerpo y a nuestras falsas creencias. Nos damos cuenta de que el problema solamente es problema si nos empeñamos en percibirnos como limitados y enfermos. Y que, al experimentarnos en nuestra totalidad, el “problema” carece de sustancia y realidad: la sal ha quedado disuelta en la inmensidad del océano y su movimiento.
2.2 Aprender a no dañarnos y a no dañar a otros. A veces ésta comprensión se da como un regalo intelectual, en forma de preceptos surgidos de la conciencia, que nos llegan como una luz que nos ayudará a guiar nuestra vida. Otras veces surge de nuestros órganos y nuestros miembros, cuando la ayahuasca nos ayuda a experimentar de forma directa los malos efectos de algunas acciones que cometimos. Y es que el malestar físico rara vez se puede atribuir al cuerpo: una resaca tras beber alcohol no se debe al mal funcionamiento del cuerpo. Se debe a que hemos hecho algo que transgrede las leyes de su bienestar. De la misma manera, las enfermedades crónicas se desarrollan con pequeñas y reiteradas violaciones a las leyes de nuestro bienestar.
En las ceremonias con ayahuasca también aprendemos formas sabias y útiles de guiar nuestra vida, sin dañarnos a nosotros y sin dañar a los demás.

3.- Compromiso con el Cambio.
Este aspecto también nos puede ayudar de formas diferentes en la vida. Durante la ceremonia, algunas personas han encontrado que hay ocasiones en que los órganos y la psique no encuentran la paz y el bienestar tras la depuración de las toxinas. Algunos de ellos lanzan la contaminación al vomitar o defecar, y sin embargo se dan cuenta de que no sienten el alivio que desearían. Para no hacer el cuento largo, descubren que en el momento en el que se comprometen a hacer los cambios necesarios en su vida y a no volverse a dañar de la misma manera, el malestar cede. Es como si fuera un niño que ha sido maltratado y a quien, además de curarle las heridas, se le debe decir que no le haremos más daño, antes de que pueda confiar plenamente en nosotros y relajarse en la armonía.
El compromiso con el cambio también resulta muy útil en la vida cotidiana, cuando hemos aprendido lo que es bueno para nosotros, de forma que podamos convertirlo en una conducta consistente. Adquirir un compromiso nos permite por un lado acentuar nuestra promesa de bienestar durante la ceremonia y, por el otro, cristalizar y hacer continuos los beneficios que tenemos en nuestro diario vivir.
Esta enseñanza que se hace presente de forma natural en las ceremonias con ayahuasca, también está en sintonía con los métodos que indican 4 pasos para el cambio:
1.- La intención de desintoxicarse o dejar un hábito negativo.
2.- El período o proceso de desintoxicación propiamente dicho.
3.- Llenar el vacío con un hábito o energía diferente. Ocupar conciente el lugar que dejó lo viejo.
4.- Hacer consistente ésa nueva conducta, de forma que lo bueno tenga un lugar privilegiado y primordial en nuestra vida.

Esperamos que este breve texto ayude a conocer mejor algunos procesos, si piensas participar en una ceremonia. A comprender algo que has vivido, si ya has participado en una. Y a formar resoluciones positivas, si quieres convertir tus ceremonias en una plataforma de crecimiento constante. Podemos compartir también información más concreta, si se desea.
 Deseamos bienestar para ti y los tuyos.

                                                         Guillermo Ruiz Colmenero

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